martes, 15 de abril de 2008

comentario de la Película Sueños.

Sueños
Comentario

La película oriental nos muestra un estado de sociabilización que corresponde a la imagen que los occidentales tenemos sobre la Edad Media y se nota en la formación agrícola y la vida centrada en la piedad. Por ende, esos son los ejes que articulan el desarrollo social. Sin embargo, el que tengan ese estado de vida conlleva el retraso y aislamiento de la humanidad, ya que el resto del mundo está viviendo un proceso de globalización y el no incluirse en este programa económico quedan aislados del sistema.

La globalización es un fenómeno que impulsa la libertad del progreso económico y del conocimiento, generando así un mayor dominio del hombre sobre la naturaleza (en todos sus ámbitos), llegando a alcanzar proyectos que eran inalcanzables en épocas anteriores. Es más, este fenómeno tiene una “mascara” democratizadora que conduce a los que están exaltados por la riqueza y a los que viven paupérrimamente a un mismo escenario donde todos pueden tener alcance al conocimiento que se genera, pero a la vez decanta la desigualdad, ya que la función que los entes realizan en el sistema productivo llega a la explotación de los más débiles y posteriormente ellos son excluidos; razón por la cual los sujetos se comienzan a agrupar con sus pares y a discriminar a aquellos que no corresponden al circulo y cuyo escalafón es bajo.

Además hoy nos vemos en una gran encrucijada impuesta por el fenómeno económico y que se reduce a dos alternativas (como bien lo decía un profesor): entrar como un punto importante del sistema o ser simples siervos del mismo. Es por ello que creo, profundamente, que la educación es fundamental para desarrollar habilidades que permitan la movilidad social como sujetos tienen la capacidad de ver la realidad con ojos críticos y no ingenuos. Pero, ante esto no se puede olvidar un punto que es fundamental en todo hecho humano, en toda cultura: todos los que componen una sociedad (continente, país, ciudad, étnica, entre otros) sean como los personajes de la película, es decir, que tengan un aferramiento total a sus raíces, para que así no se borre la identidad que los hace ser lo que son y no sean avasallados por un sistema que no respeta las políticas de estados y mucho menos a los individuos que componen al mismo.